Por: Victor
León Alvarez
Este
5 de octubre, se cerrara una jornada electoral mas y por ende tendremos nuevas
autoridades elegi- das y reelegidas tanto en los Gobiernos Locales como en la Región.
Pero que lección nos trae este proceso? Como todo evento social y político genera una manifestación de actitudes y aptitudes de los diversos actores, desde los candidatos, los asesores hasta los militantes. Cada uno juega su partido y tanto las calles como las redes sociales ahora son ágoras de sus manifestaciones.
Pero que lección nos trae este proceso? Como todo evento social y político genera una manifestación de actitudes y aptitudes de los diversos actores, desde los candidatos, los asesores hasta los militantes. Cada uno juega su partido y tanto las calles como las redes sociales ahora son ágoras de sus manifestaciones.
Sin
embargo lo penoso de este proceso es que nos pone en evidencia, ya no solo ante
los electores locales sino ante el mundo entero, de nuestras falencias
socioculturales y hasta podría decir desnuda nuestra naturaleza humana. Hacer política
sin valores ni lealtades, donde imperan ambiciones y rencores capaces de pisar
la cabeza del otro por una candidatura o desarrollar métodos delincuenciales como
forma de fidelizar compromisos no es algo de lo cual debemos sentirnos
orgullosos.
Se
ha magalizado la política de tal forma que la gente no aprecian propuestas, no
solo porque lo hayan, sino porque a nadie le interesa dar a conocer. Ni
candidatos ni medios han podido transcender en el debate por la ciudad que no
sea por el escándalo. Lo más saltante es el morbo, la intriga, la ofensa fácil,
que el futuro de la ciudad, de la región y su más del millón de habitantes.
Nadie aprecia las ideas frescas y renovadoras, ni juzgan las gestiones de
mediocridad y corrupción de muchos que van a la relección.
Indudablemente
quien más gana con esta forma trivial y menuda de hacer política son los
aventureros que están detrás de una elección, aquellos que han hecho de la
fanfarria su doctrina y del escándalo su ideología. Nos merecemos esta clase
política local y regional?. El dicho que una imagen vale más que mil palabras pareciera
funcionar en este proceso mercantilista donde el epilogo es que todo se compra
y todo se vende.
La tecnología
nos hace avanzar en el desarrollo del bien-estar social, pero indudablemente
que en muchos pueblos como el nuestro nos hace retroceder en el bien-ser.
Nuestra calidad humana ha descendido tanto en este proceso electoral que tal
vez algunos se sientan ganadores después del 5 de Octubre. Pero como sociedad
habremos perdido millones de peruanos que una vez demuestra la necesidad de
revolucionar los espíritus como diría Haya de la Torre.
Frente a la
debacle moral y el triste espectáculo de los candidatos sin moral ni pudores,
mucha gente joven ha decidido ´participar e ingresar a la política activa en
los partidos que son lo único que puede frenar a esta tremenda exhibición de
franquicias políticas familiares en la que todo se vende y la impunidad es una
constante. Hay que repensar en la forma de hacer política. Combatir la
corrupción pasa también por establecer filtros cada vez más exigentes que nos
permita separar la paja del grano. Ahora muchos estamos convencidos que los
delincuentes no están en la calles, muchos están en el poder.
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