jueves, 25 de septiembre de 2014

DIOS SALVE A LA LIBERTAD




Por: Victor León Alvarez

Este 5 de octubre, se cerrara una jornada electoral mas y por ende tendremos nuevas autoridades elegi- das y reelegidas tanto en los Gobiernos Locales como en la Región.
Pero que lección nos trae este proceso? Como todo evento social y político genera una manifestación de actitudes y aptitudes de los diversos actores, desde los candidatos, los asesores hasta los militantes. Cada uno juega su partido y tanto las calles como las redes sociales ahora son ágoras de sus manifestaciones.
Sin embargo lo penoso de este proceso es que nos pone en evidencia, ya no solo ante los electores locales sino ante el mundo entero, de nuestras falencias socioculturales y hasta podría decir desnuda nuestra naturaleza humana. Hacer política sin valores ni lealtades, donde imperan ambiciones y rencores capaces de pisar la cabeza del otro por una candidatura o desarrollar métodos delincuenciales como forma de fidelizar compromisos no es algo de lo cual debemos sentirnos orgullosos.
Se ha magalizado la política de tal forma que la gente no aprecian propuestas, no solo porque lo hayan, sino porque a nadie le interesa dar a conocer. Ni candidatos ni medios han podido transcender en el debate por la ciudad que no sea por el escándalo. Lo más saltante es el morbo, la intriga, la ofensa fácil, que el futuro de la ciudad, de la región y su más del millón de habitantes. Nadie aprecia las ideas frescas y renovadoras, ni juzgan las gestiones de mediocridad y corrupción de muchos que van a la relección.
Indudablemente quien más gana con esta forma trivial y menuda de hacer política son los aventureros que están detrás de una elección, aquellos que han hecho de la fanfarria su doctrina y del escándalo su ideología. Nos merecemos esta clase política local y regional?. El dicho que una imagen vale más que mil palabras pareciera funcionar en este proceso mercantilista donde el epilogo es que todo se compra y todo se vende.
La tecnología nos hace avanzar en el desarrollo del bien-estar social, pero indudablemente que en muchos pueblos como el nuestro nos hace retroceder en el bien-ser. Nuestra calidad humana ha descendido tanto en este proceso electoral que tal vez algunos se sientan ganadores después del 5 de Octubre. Pero como sociedad habremos perdido millones de peruanos que una vez demuestra la necesidad de revolucionar los espíritus como diría Haya de la Torre.
Frente a la debacle moral y el triste espectáculo de los candidatos sin moral ni pudores, mucha gente joven ha decidido ´participar e ingresar a la política activa en los partidos que son lo único que puede frenar a esta tremenda exhibición de franquicias políticas familiares en la que todo se vende y la impunidad es una constante. Hay que repensar en la forma de hacer política. Combatir la corrupción pasa también por establecer filtros cada vez más exigentes que nos permita separar la paja del grano. Ahora muchos estamos convencidos que los delincuentes no están en la calles, muchos están en el poder.

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