Durante su exposición, ayer el presidente del directorio de la Autoridad Portuaria Nacional (APN), Frank Boyle Alvarado, prácticamente intentó convencer a las autoridades regionales, gremios laborales y empresariales vinculadas con el futuro del puerto de Salaverry, que la mejor opción para modernizar dicho terminal es la concesión.
Es decir, justo lo que “esperaban” los representantes liberteños, y por lo cual, han expresado su rechazo a dicha medida. Pero cuando Boyle escuchó al consejero regional por Ascope, Pedro Díaz Camacho, al secretario regional de los trabajadores portuarios, José Cabrera y sobre todo al vicepresidente regional de La Libertad, Víctor León Álvarez, parece que retrocedió en su posición.
Y es que, al final de la reunión de ayer, Boyle, quizá la autoridad más trascendente que tomará la decisión del futuro de Salaverry, hizo dos ofrecimientos importantes:
1) Que ni bien la APN tenga en sus manos el Plan Maestro del referido puerto, ejecutado por el consorcio Royal Haskoning - Indesmar, de inmediato lo entregará al Gobierno Regional para que éste, a su vez, lo ponga en conocimiento de todos los sectores involucrados en el tema. Esto ocurrirá a mediados de la otra semana; y
2) Que la APN se compromete a consensuar con los representantes liberteños qué tipo de concesión se aplicará para el puerto de Salaverry. este último anuncio constituye un compromiso fundamental para los intereses liberteños.
En malas condiciones
Boyle mostró cifras que trataban de persuadir sobre la mala situación de Salaverry. Dijo que se requiere una inversión de 121 millones de dólares son IGV (según un adelanto del estudio del citado consorcio), y que el puerto debe brindar servicios a naves de 300 metros de largo (eslora) y 12.5 metros de calado, para que sea “de primer orden”. Según el titular de la APN, la única competencia de Salaverry es Chimbote en la actualidad y en el futuro. Por eso, afirma: “Salverry necesita de inversión sí o sí”.
LA PROPUESTA
Otro resultado importante es que se mostró interés en analizar con más detenimiento la propuesta liberteña de establecer un consorcio regional con un operador privado, en vez de la concesión tradicional.
Es decir, justo lo que “esperaban” los representantes liberteños, y por lo cual, han expresado su rechazo a dicha medida. Pero cuando Boyle escuchó al consejero regional por Ascope, Pedro Díaz Camacho, al secretario regional de los trabajadores portuarios, José Cabrera y sobre todo al vicepresidente regional de La Libertad, Víctor León Álvarez, parece que retrocedió en su posición.
Y es que, al final de la reunión de ayer, Boyle, quizá la autoridad más trascendente que tomará la decisión del futuro de Salaverry, hizo dos ofrecimientos importantes:
1) Que ni bien la APN tenga en sus manos el Plan Maestro del referido puerto, ejecutado por el consorcio Royal Haskoning - Indesmar, de inmediato lo entregará al Gobierno Regional para que éste, a su vez, lo ponga en conocimiento de todos los sectores involucrados en el tema. Esto ocurrirá a mediados de la otra semana; y
2) Que la APN se compromete a consensuar con los representantes liberteños qué tipo de concesión se aplicará para el puerto de Salaverry. este último anuncio constituye un compromiso fundamental para los intereses liberteños.
En malas condiciones
Boyle mostró cifras que trataban de persuadir sobre la mala situación de Salaverry. Dijo que se requiere una inversión de 121 millones de dólares son IGV (según un adelanto del estudio del citado consorcio), y que el puerto debe brindar servicios a naves de 300 metros de largo (eslora) y 12.5 metros de calado, para que sea “de primer orden”. Según el titular de la APN, la única competencia de Salaverry es Chimbote en la actualidad y en el futuro. Por eso, afirma: “Salverry necesita de inversión sí o sí”.
LA PROPUESTA
Otro resultado importante es que se mostró interés en analizar con más detenimiento la propuesta liberteña de establecer un consorcio regional con un operador privado, en vez de la concesión tradicional.
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